Población

Foto: Elson André de Lima, Cézar Pereira

En todas las ciudades analizadas la proporción de jóvenes de 15-29 años se ubica entre el 22% y el 28% de la población total. Con excepción de Santana do Livramento, todas tienen una proporción de jóvenes mayor o igual al promedio nacional.

Estructura Poblacional

Al comparar la composición por edad y sexo a través de las pirámides de población se pueden apreciar situaciones claramente diferentes. En el caso de las ciudades de frontera de Paraguay, se observan poblaciones todavía jóvenes, en pleno proceso de transición demográfica, con una base de la pirámide poblacional todavía más ancha que en las cohortes siguientes, que se estrecha rápidamente a medida que aumenta la edad, reflejo de una alta natalidad y mortalidad. Este patrón es muy cercano a la estructura del total del país.

 

Para las ciudades de frontera de Argentina ya se puede observar la reducción de la natalidad, pero menos acentuada que el promedio nacional. Tanto las ciudades en estudio de Brasil, como las de Uruguay, presentan una disminución o estrechamiento de la base de la pirámide aún mayor, reflejando una reducción más pronunciada de la fecundidad.

 

Especial atención merece la envejecida estructura de la población de Santana do Livramento, donde se observa la menor proporción de población joven de las ciudades estudiadas. La frontera Rivera-Livramento presenta, a su vez, señales de saldos migratorios negativos entre los 19 y 44 años, representados por las “mordidas” en sus respetivas pirámides.

Envejecimiento

Si bien las brechas en términos de envejecimiento entre los cuatro países son significativas, estas se estrechan al considerar las poblaciones de las ciudades de frontera. La ciudad de Santana do Livramento es la única ciudad que presenta valores en el índice de envejecimiento superiores a la media nacional. Esto podría estar explicado por las oleadas migratorias que se dirigieron a esta región a partir de la década del setenta, atraídas por el desarrollo de las actividades económicas y, sobre todo, las posibilidades comerciales de esta frontera, incrementando de este modo la proporción de personas en edades adultas. Por otro lado, la pirámide de población de esta ciudad muestra una retracción en las edades que corresponden a la población económicamente activa a partir de los 20 años, sugiriendo un sostenido proceso de emigración, tanto interna como internacional, de los jóvenes de las décadas de los ochenta y noventa.

Sexo

En cuanto a la razón de sexo (Índice de masculinidad = porcentaje de hombres cada 100 mujeres) (tabla 3), puede apreciarse la mayor presencia de mujeres que de hombres en edades avanzadas, fruto de la esperanza de vida más alta habitualmente en las mujeres. En este caso, las mayores diferencias podrían ser consecuencias de niveles de mortalidad por causas externas que afectan más a los hombres jóvenes que a las mujeres en general y en particular en estas áreas. Ciudad del Este constituye una excepción con su más alto número de hombres y podría estar evidenciando el efecto de las migraciones producidas en la década del ‘70 para la construcción de la represa, que fueron migraciones mayormente masculinas.

Las áreas de fronteras suelen contar con mayor diversidad sociocultural y étnica. Las referencias a esta diversidad, en particular relativa a las y los jóvenes, son escasas y poco difundidas.

Jóvenes indígenas y afrondescendientes

En el caso de las ciudades gemelas seleccionadas de Brasil y Argentina, el grupo de jóvenes indígenas no supera el 1% del total de población joven. Por su parte, Paraguay posee una población indígena que representa el 1,8% de la población total; en el caso de los Departamentos de Itapúa y Alto Paraná, viven mayormente en las áreas rurales, y un 2% respecto de la población entre 19-29 años. Se caracterizan por ser poblaciones jóvenes, en la que poco menos de la mitad no llega a los 15 años.  

 

Es una población pauperizada, integrada de manera precaria e informal a los mercados de trabajo. En las regiones turísticas de mayor circulación, como es Foz do Iguazú, se observan familias mbyá guaraní que viven de la venta de artesanías y plantas. Esta situación es también explotada por el turismo local, que utiliza una imagen que responde a la lógica colonial (indígenas con torsos desnudos usando taparrabos) para promocionar sus hoteles. Estas imágenes de vida al “natural” que se utiliza para vender el destino turístico distorsionan las condiciones materiales de vida de estas poblaciones.

 

Otra de las poblaciones históricamente relegada es la afrodescendiente. La presencia de jóvenes de estas poblaciones es pequeña en Argentina. De Paraguay no se tienen datos. En estos países, en los últimos años, las organizaciones de jóvenes y la reflexión académica sobre afrodescendencia han contribuido al reconocimiento de un sector de la población invisibilizado en esas sociedades hasta el momento. En Uruguay y Brasil se destaca una presencia mayor de población afrodescendiente. En el caso de Brasil, se tomaron las informaciones de las personas que declararon ser negras (se hace la aclaración debido a que en este país la población parda, que también podrá ser considerada afrodescendente, supera el 40% de la población total).

A lo largo de la vida, la población afrodescendiente ha mostrado tener oportunidades profundamente inferiores que los blancos. En Brasil, principalmente, ha sido largo el camino recorrido en término de la lucha por el reconocimiento de igualdad de oportunidades para las poblaciones negras. En Foz do Iguazú y Santana do Livramento, las personas afrodescendientes o negras representan el 3,17% y 5,57%, respectivamente. Estos valores se encuentran por debajo de la proporción observada a nivel nacional, que alcanza el 7,61%, debido a que los estados de Rio Grande do Sul y Paraná son estados que han sido receptores de importantes olas migratorias europeas a partir de la mitad del siglo XIX. En el caso de Uruguay, ambas localidades de frontera muestran proporciones de población joven –que declara ser afrodescendiente– superiores a los valores nacionales (8%). El caso de Rivera es el más notorio, con un registro del 13,3% (INE, 2011). Esta particularidad puede estar dada por el poblamiento de la región norte del país, que históricamente estuvo fuertemente influenciada por los intercambios poblacionales con Brasil. A su vez, la cercanía física y cultural con Brasil (con alta presencia de población afrodescendiente) muy probablemente opera como factor desinhibidor ante el reconocimiento de la ascendencia étnica.