Es una población pauperizada, integrada de manera precaria e informal a los mercados de trabajo. En las regiones turísticas de mayor circulación, como es Foz do Iguazú, se observan familias mbyá guaraní que viven de la venta de artesanías y plantas. Esta situación es también explotada por el turismo local, que utiliza una imagen que responde a la lógica colonial (indígenas con torsos desnudos usando taparrabos) para promocionar sus hoteles. Estas imágenes de vida al “natural” que se utiliza para vender el destino turístico distorsionan las condiciones materiales de vida de estas poblaciones.
Otra de las poblaciones históricamente relegada es la afrodescendiente. La presencia de jóvenes de estas poblaciones es pequeña en Argentina. De Paraguay no se tienen datos. En estos países, en los últimos años, las organizaciones de jóvenes y la reflexión académica sobre afrodescendencia han contribuido al reconocimiento de un sector de la población invisibilizado en esas sociedades hasta el momento. En Uruguay y Brasil se destaca una presencia mayor de población afrodescendiente. En el caso de Brasil, se tomaron las informaciones de las personas que declararon ser negras (se hace la aclaración debido a que en este país la población parda, que también podrá ser considerada afrodescendente, supera el 40% de la población total).
A lo largo de la vida, la población afrodescendiente ha mostrado tener oportunidades profundamente inferiores que los blancos. En Brasil, principalmente, ha sido largo el camino recorrido en término de la lucha por el reconocimiento de igualdad de oportunidades para las poblaciones negras. En Foz do Iguazú y Santana do Livramento, las personas afrodescendientes o negras representan el 3,17% y 5,57%, respectivamente. Estos valores se encuentran por debajo de la proporción observada a nivel nacional, que alcanza el 7,61%, debido a que los estados de Rio Grande do Sul y Paraná son estados que han sido receptores de importantes olas migratorias europeas a partir de la mitad del siglo XIX. En el caso de Uruguay, ambas localidades de frontera muestran proporciones de población joven –que declara ser afrodescendiente– superiores a los valores nacionales (8%). El caso de Rivera es el más notorio, con un registro del 13,3% (INE, 2011). Esta particularidad puede estar dada por el poblamiento de la región norte del país, que históricamente estuvo fuertemente influenciada por los intercambios poblacionales con Brasil. A su vez, la cercanía física y cultural con Brasil (con alta presencia de población afrodescendiente) muy probablemente opera como factor desinhibidor ante el reconocimiento de la ascendencia étnica.