Estudios del ISM presentan elementos para pensar las inequidades de género en los países del MERCOSUR

8 Mar

Estudios del ISM presentan elementos para pensar las inequidades de género en los países del MERCOSUR

A partir de la década del 2000, el MERCOSUR comenzó a reconocer formalmente (Resolución GMC 84/00) la necesidad de incorporar la perspectiva de género en las actividades, políticas y foros del bloque. Desde entonces, y con la consolidación de la Reunión Especializada sobre la Mujer, que en 2011 se convierte en Reunión de Ministras y Altas Autoridades de la Mujer (RMAAM), se han acordado e implementado políticas y proyectos regionales específicos, con el objetivo de incentivar el análisis de estos impactos en las mujeres.

El propósito de la normativa fue garantizar la igualdad y equidad entre los géneros, con especial atención al tratamiento de temas como el trabajo, la seguridad social, la salud, la pequeña y mediana empresa y los proyectos de cooperación. Han surgido diversas políticas para la participación de la mujer en el comercio internacional (Decisión CMC 4/21), trata internacional (Decisión CMC 26/14), política de igualdad de género (Decisión CMC 14/12), género y educación inclusiva y no sexista (Recomendación CMC 7/15), y muchas otras.

Siguiendo esta orientación de considerar el impacto de las políticas sobre las mujeres, el Instituto Social del MERCOSUR busca reconocer la perspectiva de género en los estudios y diagnósticos, identificando brechas entre hombres y mujeres en los diversos ámbitos sociales que analiza, en particular el desarrollo social, la salud, el trabajo, la educación.

 

En materia de desarrollo social, tres evidencias se destacan y merecen atención: la presencia de la informalidad en el ámbito laboral y las tareas de cuidados, la violencia de género recrudecida durante la pandemia y el papel clave que juegan las mujeres como principales beneficiarias de los programas sociales en los Estados Parte del MERCOSUR .

 

En salud, educación y trabajo, temas como la doble e intensa jornada laboral, el mercado laboral informal y “flexible”, pocas políticas específicas con enfoque de género en el área de salud fronteriza, e indicadores preocupantes para la población joven de la frontera que no encuentra oportunidades de estudiar o trabajar.